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Enamorado de momentos (Parte I)

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― Roxy.
La aludida se mordió el labio. Estaba en problemas.
El rubio parecía agitado, como si hubiera corrido todo el camino hasta allí. Parecía albergar cierta desesperación, casi pánico.
― ¿Sí, Dirk?  ―Preguntó haciéndose la tonta, sabiendo perfectamente qué iba a reprocharle.
― Que-mierda-le-dijiste-a-Jake.
― ¿Hum? ¿Sobre qué?
― ¡¡Sobre lo que sabes!! ¿¿Qué le dijiste??
― Eh... no he hablado con él.
Dirk pareció confundido, y luego aliviado.
― Solo he hablado con Jane, ya sabes.
Dirk enarcó una ceja. Todavía sentía cómo el corazón le latía con fuerza a causa de la casi crisis que acaba de tener. Por supuesto, su amiga no era tan idiota como para decirle a Jake sobre sus sentimientos ocultos durante todos estos años. Claro que no.
El pensar lo contrario por poco le dio un infarto y le hizo recorrer la escuela entera para poder encontrarla.
Si había hablado con Jane, ¿Significaba que se lo había dicho a ella? Eso supuso, por el hecho de que lo sacara a colación. Bueno, que Jane lo supiese no cambiaba nada, por lo que solo se relajó un poco.
― Ah, se lo dijiste a ella. ― Es todo lo que dijo, pasándose una mano por el cabello y dándose un respiro. Sus latidos comenzaban a tomar un ritmo más relajado.
― Yep.
― Okay...
― ¿Okay?
Roxy no parecía entender.
― ¿Qué pasa?
― ¿Tú...? Oh dios mío, no. No lo sabes. Oh mierda, necesito una bebida. ¿Ven por qué no puedo estar sobria ni por un momento?
La rubia abrió su mochila y rebuscó entre cuadernos y lapiceras de colores desperdigadas sin una cartuchera. Sacó una botella con agua, aunque Dirk dudó que eso fuera agua.
― ¿Saber qué?
― Los sentimientos que tiene Jane hacia Jake. ―Roxy comenzó a beber de la botella, haciendo fondo blanco.
Olía a vodka, pero ese detalle fue irrelevante. A Dirk por poco se le para el corazón.
― Roxy... Roxy, por favor, dime que Jane no está ahora con Jake, dímelo.
― Es tarde... ya han hablado y se fueron. ¿Es justo que su curso siempre tenga tantas horas libres? ¿Por qué sus profesores nunca vienen y los nuestros sí? Eso es injusto.
― Roxy, mierda, qué le dijiste a Jane.
La chica lo ignoró, sabiendo que la había cagado. Se bebió el resto de la botella, sintiéndose un poco culpable.
― ROXY.
― Yo... lo siento, Dirk. Es que llevas tantos años ocultándolo que parece que nunca tendrás el cojare para decirlo... quise decir coraje. Mierda. Y Janey es tan tímida que solo la insté para que le dijera, y creo que sí lo hizo...
― No lo puedo creer...  ― Dirk se tapó la cara con las manos.
Ahora se sentía peor. Sabía que Jake no era homosexual y que tenía varias chicas detrás de él, aunque solían ser gente tímida como Jane. O un idiota como Dirk. Y Jake probablemente le daría una oportunidad a ella, y todos los años que venía aguantándose lo que sentía se irían a la mismísima mierda.
Sería insufrible. Algo que él no podría soportar. Y tampoco le arruinaría la felicidad a su amiga, eso sería de un verdadero hijo de puta, pero tampoco aprobaba lo que había hecho Roxy.
Y ahora se sentía traicionado por todos.
― Hey, Dirk... ¿Dirk?
No hubo respuesta. El chico de los lentes oscuros se dio la vuelta y se alejó inmediatamente de allí, ignorando los llamados de su amiga.


Dirk se detuvo enfrente de la residencia English.
Retrocedió dos pasos y se apoyó la mano fría sobre la frente caliente.
Se preguntó qué mierda hacía allí. Al no encontrar respuesta, se guardó las manos en los bolsillos y se echo a caminar a su casa, la cual se encontraba a la vuelta de la esquina.
Su cabeza no podía dejar de reproducir imágenes de Jake y Jane juntos. Eso le daba nauseas. Por un momento pensó que si aquello se consumaba, terminaría por echarse a llorar como un desgraciado, pero luego se dio cuenta que no sentía nada más que un vacio inmenso. A veces, en ese vacío podía sentir angustia, y de vez en cuando, tristeza.
En una ocasión, Roxy le había señalado que si no sentía nada era o porque no tenía sentimientos o porque era un insensible. Dirk respondió que no, que era diferente. Que el vacio era incluso peor que cualquier sentimiento, ya que el vacio es nada.
¿Alguna vez has sentido la nada consumiéndote? ¿Has experimentado la horrible sensación de no tener absolutamente nada adentro? ¿Ese vértigo de ni siquiera sentir las tripas y la sangre corriéndote en las venas? ¿Ese pensamiento que te taladra el cerebro diciéndote que da igual si te mueres o no, porque ya no sientes la vida?
No, Roxy había respondido que no. Y después de ello nunca volvieron a tocar el tema.
Dirk podía sentir eso y mucho más. Nada contorneada de tragedia. Y esa estupidez que unos no pueden imaginar, duele. Y mucho más que comunes sentimientos de estarse ahogando en tristeza. Porque la tristeza es palpable, y detectable, mientras la nada es simplemente vacía.
¿Cómo combates el vacio?
Naturalmente, hay que llenarlo.
Y ahí estaba el meollo de la cuestión: Dirk debía llenarlo de Jake.
Cada abrazo, cada risa que compartían, cada semilla sembrada de esperanza que había mantenido el rubio hasta ese momento habían ido a llenar el hoyo que tenía en el pecho.
Sin embargo, si Jake se enamoraba de Jane... ese hueco jamás se volvería a llenar, ni siquiera verse medianamente completo. Estaría estancado como un bache que jamás podría llenar, al no tener los materiales correspondientes. Sí, podía buscar sustitutos, pero jamás sería lo mismo.
Y si bien Roxy le señalaba lo exagerado que podía a llegar a ser, Dirk sabía a diestra y siniestra lo que sentía y eso no era algo en lo que pudiese engañarse.
Si bien Jane era una buena amiga, también era una mujer fuerte. Ella podría con un rechazo, y Dirk podría soportar cualquier cosa menos esto. Esto sería su perdición total, ya que Jake había sido una especie de sostén emocional desde que lo conoció. No podía permitir que todo se fuera a la mismísima mierda.
Dio la vuelta y volvió a la casa de Jake, decidido.
Pero... volvió a contemplar la puerta de entrada donde había un cartelito que decía “English”. Le parecía tan estúpido...
No era cobardía, sino miedo. Son dos cosas diferentes, porque de no haber sabido que Jane habló con él primero, entonces Dirk hubiera sido capaz de soltarlo todo. Sin embargo, no era así, porque si ellos ya habían hablado y quedado juntos, entonces sería una situación bastante patética. Hasta había una posibilidad de que Jane estuviera en esa casa en este mismo instante. Por eso el miedo, el miedo a que tantos años guardando un secreto salga de la manera más apurada e inservible del mundo.
Y se decidió por volverse otra vez a su casa.
No terminó de decidir aquello que ya se estaba dirigiendo a tocar la puerta de la casa.
Después de todo, se recordó que no importaba. Si establecía una relación con Jane, terminaría deprimiéndose y siendo muy obvio, asique ya no tenía importancia.
Jake abrió la puerta con una sonrisa.
― ¡Dirk!
― Hey...
― Pasa, pasa  ―Lo invitó.
― En realidad solo vine a decirte algo... ―Aclaró, bajando la mirada aunque no la cabeza, para seguir firme en lo que iba a decir.
― Pero pasa, afuera hace frío y mi casa está bien calefaccionada...  ―Lo invitó sosteniendo la misma sonrisa alegre y adorablemente tonta que lo caracterizaba.
Dirk entró, y no dio más de tres pasos que lo soltó.
Casi pudo escuchar cuando la bomba atómicamente nuclear cayó en el silencio de la habitación.
― Me gustas.
Se quedaron en un largo silencio, ya que la seriedad de Dirk hizo que a Jake no le cupiera ni una duda de que aquello no era una broma.
El mayor se mordió el labio al no obtener respuesta. La desesperación comenzaba a expandirse dentro de él y amenazaba con no ser pasajera. Jake se aclaró la garganta, aun teniendo casi la obligación de preguntar:
― ¿En... serio?
Dirk cerró los ojos, mas esa pequeña acción no era visible para el otro por sus anteojos oscuros, a los cuales estaba enteramente agradecido de que ocultaran parte de su expresión.
¿No te cansas de ser tan inocente como para no ver estas mierdas?
Eso es lo que tuvo ganas de responderle.
Pero algo adentro suyo le aconsejó y le hizo ver que no hacía falta cagarla más.
― Sí.  ―Respondió bajo.
― Woa... realmente no sé cómo responder a esto...
Dirk comenzaba a arrepentirse rápidamente. No contó con la idea de que le estaría dando un problema y mucho menos con que, carajo, esto dolía más de lo que había esperado.
Por un segundo pensó que se quebraría. Muchos años guardándolo adentro no le habían hecho nada bien. Quería gritarle miles de cosas, aun sabiendo que no quería decirlas en voz alta. No, era mejor quedarse callado e intentar fingir ser el tipo duro de la situación.
― Dirk...
El aludido no contestó, sino que se le quedó viendo, a la espera de que continuara y terminara con todo de una vez por todas.
―... yo acabo de invitar a salir a Jane, ya que ella también dijo... bueno, lo mismo. Yo lo siento mucho, además que... ah, no sé qué decir, en serio. Esta situación es un poco extraña, ¿Entiendes?
Vamos, Dirk. Demuestra que eres hombre. Un Strider no es genial sólo por como se ve, sino también por cómo actúa.
Entonces, Dirk asintió, como si lo entendiera. Era fácil de entender. Jane le había expresado sus sentimientos, pero Jake no se los correspondía. Sin embargo, como es una chica inteligente y bonita, la invitó a salir para no verla triste. Es algo que haría Jake. Y él había llegado tarde, quedándose sin ninguna oportunidad.
Entonces siguió asintiendo y se dirigió a la puerta, incapaz de soportar estar tan cerca de él después de esto. Necesitaba de su tan buena y fiel amiga, la soledad.
― ¿Ya te vas?  ―Preguntó con vos dudosa.
― Tengo que irme. ―Respondió con tono lacónico.
― Okay. Pero, Dirk, lo siento...
― Lo sé, no te preocupes.
Quiso sonreír pero supo al instante que no lo lograría, asique simplemente salió de allí.


Jake frunció la boca en modo de reproche. Pudo haber sido un puchero si no fuera que realmente estaba serio.
― A ver si entiendo, ¿Todos sabían de esto y yo recién me entero?
― No, Jake, yo no lo supe hasta que me lo dijo Roxy... hoy...  ―Le explicó Jane.
― ¿Y tú? ¿Tienes escusa?
― Por supuesto, Jakey. ¿Querías que traicionara a Dirk diciéndote que él está corazoncito corazoncito doki doki por ti?
― No, pero...
Jake suspiró. Tenía en cuenta lo difícil que era hablar de un tema serio cuando Roxy estaba borracha. Empezó a sentirse un tanto irritado.
― No hay peros, muchachito. Yo no te lo dije porque no iba a interferir en sus asuntos tan así, aunque créeme que le he dicho muchisisisimas veces que te lo dijera, pero él decía que no y no y no y no y no yno ynoyno... ya sabes...
― ¿Entonces por qué me lo contaste a mí?   ―Inquirió Jane, tan preocupada como curiosa.
― Porque pensé que tendrías oportunidad y porque te quiero mucho~
Era sabido que Roxy era una alcohólica cariñosa, por lo que Jane tuvo que sacársela un poco de encima.
― Bueno... gracias.  ―Respondió ella, sincera.
― De todas formas, me arrepento... digo, arriepento. Arre... arrepi... arrepen...
― Ya entendimos, Roxy... pero, ¿Por qué te arrepientes? Todo ha salido bien.  ―Le sonrió Jane.
― Estás jugando, ¿No, Janey? Querida, no tienes idea...
― ¿Idea de qué?
― De lo que Dirk quiere a Jake...
En el silencio que le prosiguió a esa frase, los dos sobrios se miraron. Los ojos azules estaban confundidos mientras que los verdes no expresaban nada en especial. Estaban en un estado calculador, como si estuviera intentando establecer una relación entre las palabras de la rubia y los hechos de las últimas horas.
Como el silencio era incómodo, Roxy continuó hablando como si nada ocurriera.
― Oye, Jake.
― ¿Mmh?
― Jaaakey...
― ¿Qué?
― Me siento culpable.
Roxy bajó la vista y dejó caer la botella vacía al suelo. Sus dos amigos la miraron extrañados, ya que ella no solía ser una ebria melancólica. Sin embargo, ahora parecía todo lo contrario.
― Bueno, Roxy, no lo sientas así  ―Dijo Jane―, ya que a mí me has hecho muy feliz, me ayudaste mucho y me apoyaste como una verdadera amiga... yo creo que no podías intervenir y dejar a todos contentos...
― No es así... Jane, eres una mujer fuerte, tal como dice Dirk. Tú podrías soportarlo, él claramente no puede...
― Pero si Dirk es uno de los tipos más geniales que he conocido.  ―Interrumpió Jake― Él estará bien. No estaba tan mal cuando se fue de la casa, solo parecía algo decepcionado...
Roxy frunció el ceño.
― Jake. Jaake, no tienes idea de lo que hablas. Jaake, oh, mierda, que le he hecho a Dirk. Qué le he hecho...
Jane miró a Jake porque algo andaba mal. Roxy Lalonde no era una persona pesimista y mucho menos alguien culposo. No obstante, parecía a punto de largarse a llorar.
― Roxy... es tan... ¿Grave?  ―Preguntó Jake.
― Lo es cuando soportas a Dirk durante estos... cuatro, cinco años volviéndose loco por ti a tus espaldas. ¿Tienes una idea de cuánto lo has herido sin darte cuenta, o cuan feliz lo has hecho sin darte quenta? Oh, por todos los jesuses, por qué no le dije primero a Dirk.
La culpa de Roxy empezó a transmitirse a los demás.
― Pero... en serio que no lo vi tan mal  ―Insistió Jake, en vano.
― Jaakey, hay algo que se llama figir... finn...gir. Eso.
― Quizá deberíamos ver como está.  ―Propuso Jane.
― ¡Buena idea, todos a la casa de Dirk!  ―Grito Roxy, volviendo a recobrar la parte alegre de su borrachera.


Resulta que Dirk no estaba en su casa. Eso fue una gran decepción para todos, y una real preocupación para Jake.
Decidió aguardar hasta el día siguiente y aclarar las cosas en el colegio.
Y es así que ahora Jake se encontraba buscando a Dirk por todos lados. Lo buscó en su salón de clases, en el de sus amigos, conocidos o todos en general. En el baño, por los pasillos, nada. ¿Había faltado?
No, estaba en el patio, observando la calle con aire ausente, a través de las rejas que separaban el instituto de la libertad.
― ¿Dirk?
El rubio pegó un respingo, sorprendido. Lo observó, claramente sin haberlo esperado.
― Hola...
― Ayer no estabas en tu casa...
― ¿Fuiste a mi casa?
― Uh, sí. Queríamos saber con las chicas si todo andaba bien...
― Todo anda bien.
Jake supo en seguida que era una mentira, por la forma en que se le quebró la voz. No podía estar seguro de cuanto le afectaba o qué pasaba exactamente por su cabeza, y todo era culpa de que los malditos anteojos obstruían sus ojos expresivos, y también, por supuesto, que era muy bueno para ocultar sus reacciones bajo la misma expresión de tranquila frialdad.
― Estoy bien, English. No eres el fin del mundo ni el centro del universo, ¿Lo sabes?
― Lo sé, per-
― Entonces bien. Tengo que ir a clase.
El aventurero quedó pasmado. No esperaba que fuera tan cortante y evasivo en estas cosas, por lo que lo siguió, mas ya lo había perdido de vista.
La segunda vez que habló con él, todo fue peor. Quizá si le hubiera hecho caso y fingido que todo estaba bien, no habría tomado el riesgo de empeorar las cosas. Aunque claro, Jake no ignoraría que su mejor amigo y hermano estuviera triste, mucho menos si era su culpa.
Pasó toda la hora siguiente pensando en qué decirle, empero tocó el timbre del recreo y automáticamente se olvidó de pensado, asique lo mejor que pudo hacer era buscarlo. Solo hallarlo y hablar con él.
― Dirk... Dirk escuchame, tenemos que hablar.
― ¿Hablar de qué? Estoy ocupado, tengo una prueba en la próxima hora y tengo que estudiar.
― ¡Deja de mentirme! No quiero que estés mal por mi culpa, asique vas a escucharme. Si estás triste o... o algo, debes decirme.
― ¿Y entonces qué? ―Respondió Dirk, amargo.
― Entonces... no lo sé, podría ayudarte, responsabilizarme, yo...
Dirk lo agarró de la camisa, ignorando que estaban en el medio del pasillo donde la gente iba y venía. Algunos observaban curiosos, otros susurraban. La mayoría se metía en sus propios asuntos antes que fijarse en lo que les pasaba a ellos dos.
― Escúchame tú. No quiero que de ninguna manera veas mis sentimientos como un peso que tienes que quitarte de encima. Si no te gusta lo entiendo, date media vuelta y bye bye.
― Dirk... yo no quiero dejar de ser tu amigo...  ―Murmuró con tristeza, sabiendo que en parte, había dado en el clavo.
Le ocurría lo mismo que con Jane. Ella era linda y simpática. ¿Por qué habría de negarle salir con ella si la podía hacerla feliz y disfrutar de un par de salidas juntos? No le parecía una mala idea, para nada. Con Dirk le ocurría exactamente lo mismo, solo que no se le ocurría como estar con él sin afectar a Jane. Si bien era cierto que ella es una mujer fuerte, tampoco se imaginaba saliendo con un hombre, a pesar de no tener prejuicios contra eso.
― Yo... dame tiempo.
Y Jake le dio tiempo. Un tiempo que hizo más daño a Dirk y a Jane de lo que cualquiera de los dos pudo haber imaginado:
Sí, el pelinegro había invitado a una cita a su amiga, pero no hubo nada más. Porque en el curso nuevo de Aprende a dibujar tu propia historieta, la había conocido a ella.
Aranea.
Una semana había pasado de que se conocían y ellos ya habían emprendido una relación amorosa.  A Jake le había gustado en el instante en que la vio, y tuvo que hablar con Jane para avisarle y disculparse, porque lo de ellos jamás funcionaría.
Jane se entristeció, pero al día siguiente ya tenía una sonrisa en el rostro, y a diferencia de Dirk, la de ella era genuina y sincera. En realidad, Dirk ni siquiera sonreía.
A veces lo saludaba, pero le dolía inmensamente saber que Jake estaba medio enamorado de otra chica. Veía sus intentos constantes de acercarse a él, pero Dirk siempre terminaba esquivándolo de cualquier forma.
Esa fue la única cosa que podía romper la completa felicidad de Jake.
No podía dejar de pensar en el Strider: ¿Cómo recuperar su amistad? ¿Alguna vez hubo verdadera amistad? ¿Cómo hacer para disfrutar de nuevo las tardes llenas de risas? ¿Las noches llenas de confianza en que se lo contaban todo antes de irse a dormir? ¿Las mañanas siguientes que sabía que habría miles más para apreciar? ¿Dónde habían quedado las mañanas siguientes?
Y cada vez que deseaba que las cosas fuesen como antes, empezaba a sentirse culpable porque gracias a Roxy sabía que Dirk había sufrido mucho sin que él se diera cuenta de lo que pasaba.
Decidió intentarlo una vez más, hablar con Dirk. Insistir.
Sin embargo, el problema era personal, por lo que nada de escuela. Fue directamente a su casa, entrando sin permiso cuando el otro abrió preguntando un “¿Quién es?”.
― Dirk.
― ¿Qué haces aquí, Jake?
― Te extraño. ―Soltó sincero.
Se mordió el labio y vio como el contrario ponía mala cara.
Por supuesto, se le había escapado. No supo cómo empezar y pudo ver con inquietud y agobio su idiotismo reflejado en la cara de Dirk.
Vio su expresión deformarse durante un segundo. A pesar de que se compuso en seguida, percibió su cansancio, su infinita tristeza.
La culpa volvió.
― ¿Quieres que sea sincero, Jake? Estoy harto de esto.
― ¡Yo también! No puedo dejar de pensar en los buenos tiempos que pasamos... quiero recuperar eso, Dirk, permíteme tenerlo de vuelta... ―Se acercó a él instintivamente, con ganas de darle un abrazo conciliador.
Se abstuvo, sabiendo que los gestos de cariño ya no tenían cabida, de la misma forma que en el pasado, en su nueva amistad.
― Yo también quisiera Jake, y cuando te pedí que me dieras un tiempo, era para enfriarme la cabeza e intentarlo, no para enterarme que sales con la primer zorra que está buena que conoces, Y NO SOLO ESO  ―Dijo en voz más alta para dar énfasis, ya que vio la intención del menor de refutar ese comentario ―, no solo eso, sino que también heriste a Jane. ¿Qué estás haciendo, Jake? Pensé que por lo menos serías un buen amigo.
― Maldita sea, Dirk  ―Respondió, enojado― ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué saliera con ella mientras soy infeliz al no poder estar con la persona que quiero?
Eso fue un golpe duro. Las punzadas de envidia y de dolor azotaron a Dirk como si solo buscaran traerle dolor. Estaba agotado de la pura mierda que recibía su vida. No obstante, decidió contestarle fríamente, como lo había estado haciendo todos estos días.
― No, si en un primer lugar no hubieras sido tan estúpido para creer que debes hacerte responsable de los sentimientos de los demás y simplemente no la hubieras invitado a salir, Jane no hubiera albergado esperanzas.
Jake abrió la boca para contradecirlo, pero no tenía argumento.
― Nadie me explicó cómo amar, Dirk. Yo en serio que no lo sé, y quiero experimentarlo, y lo siento tanto si no puedo contentar a todos. Estoy acá porque no quiero echar a perder la mejor amistad con la persona más genial que conocí en mi vida, no para herirte...
― No se nota, Jake. Todo lo que has hecho desde que llegaste es levantarme la voz.
― Perdón.
Un silencio incómodo atacó el momento. Se miraron, poniendo en el aire espeso toda clase de emociones, sin decirlas en voz alta. Jake carraspeó y finalmente habló.
― ¿Crees...? ¿Crees que puedes volver a ser mi amigo? ―Dijo con voz suave.
― Sí.
Jake sonrió suave y lo tomó de la muñeca, arrastrándolo a la sala de estar.
― Entonces prende el televisor, todavía no vimos esa película rara que querías ver.
Dirk se relajó, más tranquilo, pero aun tenía el corazón apretado entre alambre de púas. Sonrió al mismo tiempo que fingía no notar las lágrimas que no se permitía llorar.
AHHHHHH no me lo dejaba subir y lo tuve que dividir en dos partes ¬¬ Pero acá está, todo hermoso y listo para que ustedes lo lean (?)
No, en serio, esto es una de las cosas más lindas y tristes que escribí <3 Y el final es tan pelusón akshds xD

Bueno, que lo disfruten~ :3

Parte II (Final): [link]
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DNE-Rlz's avatar
*A* UN FIC EN ESPAÑOL DE AKSJHASKJAHSKJAHSKAJSHAKJSHAKJ LO PRIMERO QUE PENSE....JAKE QUE TE J*** ;A; el blades and pistols hace sufrir, but is a good ship